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Auditoria académica en universidades nacionales (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Los sistemas de control bien diseñados reducen el
riesgo de sufrir una pérdida significativa a causa de
errores o irregularidades, especialmente por parte de empleados
de baja jerarquía. Los sistemas de control tienen menos
posibilidades de evitar las irregularidades cometidas por la
gerencia superior quien está en posición de
sobrepasarlos o ignorarlos. En consecuencia, el auditor debe
interesarse particularmente en el ambiente de control, los
controles gerenciales, y en el papel de la auditoría
interna, ya que estos pueden proporcionar una seguridad razonable
de que la gerencia no está involucrada en
ellos.

Riesgo de Detección: Consiste en la
posibilidad que hayan ocurrido errores importantes en el proceso
administrativo-contable, que no sean detectados por el control
interno y tampoco por las pruebas y procedimientos
diseñados y realizados por el auditor.

MEDIOS DE EVALUACIÓN DEL RIESGO DE
CONTROL:
Para fines del tema que se trata como es el riesgo y
el control interno se debe agregar que el grado de riesgo de
control interno se puede evaluar en ALTO, MODERADO O BAJO,
dependiendo de los resultados del análisis realizado por
el auditor.

Un riesgo alto de control interno implica realizar
más pruebas sustantivas y se determina así, cuando
se percibe la existencia de debilidades importantes en los
controles establecidos o a………usencia de
controles básicos en áreas importantes.
Lógicamente, un alto riesgo de control, implica mayor
probabilidad de que existan errores o irregularidades no
detectados por los controles internos establecidos, que afectan
significativamente el contenido de los estados
financieros.

El riesgo bajo de control interno, implica realizar
menos pruebas sustantivas, y se determina en base al resultado de
las pruebas de cumplimiento realizadas.

Conforme disminuye el valor evaluado del riesgo de
control, se aumenta el nivel aceptable de riesgo de
detección. Por consiguiente, el auditor podrá
alterar la naturaleza, oportunidad y alcance de las pruebas
sustantivas planificadas.

Generalmente existe mayor riesgo de auditoría en
el primer examen realizado a un nuevo cliente, debido al hecho de
que no se está muy familiarizado con las operaciones del
mismo. En el caso de auditorías recurrentes, la
experiencia de los años anteriores generalmente da una
indicación de los riesgos de auditoría
involucrados. La auditoría de una organización
donde, año tras año, no se encuentra errores de
significación involucra menor riesgo de auditoría
que la auditoría en una organización donde
frecuentemente se cometen grandes errores.

La evaluación del riesgo de control es el proceso
de evaluar la efectividad de los procedimientos y
políticas de la estructura de control interno de una
entidad para evitar o detectar las declaraciones incorrectas
importantes en los estados financieros. Después de obtener
el conocimiento de la estructura de control interno, el auditor
puede evaluar el riego de control al nivel máximo para
algunas o todas las aseveraciones, porque considera que los
procedimientos y políticas probablemente no sean adecuados
o porque no resulta práctico evaluar su
efectividad.

Evaluar el riego de control por debajo del nivel
máximo implica:

  • Identificar los procedimientos y políticas de
    la estructura de control interno, dirigidos a evitar o
    detectar declaraciones incorrectas importantes en
    aseveraciones específicas de los estados
    financieros.

  • Realizar pruebas de los controles para evaluar la
    efectividad de tales procedimientos y
    políticas.

Al identificar los procedimientos y políticas de
la estructura de control interno relevantes a las aseveraciones
específicas de los estados financieros, el auditor debe
considerar que los procedimientos y políticas pueden tener
un efecto extensivo a muchas aserciones, o un efecto
específico sobre una aseveración individual,
dependiendo de la naturaleza del elemento de estructura de
control interno en particular. 

El ambiente de control y el sistema contable, suelen
tener un efecto extensivo sobre varios saldos de cuentas o clases
de transacciones y por lo tanto, afectan muchas aseveraciones.
Por el contrario, algunos procedimientos de control, suelen tener
un efecto específico sobre una aseveración
individual incluida en un saldo de cuenta o clase de
transacción en particular.

Los procedimientos dirigidos a comprobar la efectividad
del diseño y operación de un procedimiento o
políticas de estructuras de control interno, se dirigen a
establecer que éstos estén debidamente
diseñados, para evitar o detectar las declaraciones
incorrectas importantes en las aseveraciones de los estados
financieros.

Las pruebas de controles dirigidos a comprobar tanto la
efectividad del diseño, como la operación de un
procedimiento o política, suelen incluir procedimientos
tales como informes, observación de la aplicación
de los procedimientos o políticas y la ejecución de
éstos, por parte del mismo auditor.

La conclusión a que se llega como resultado de la
evaluación del riesgo de control, se denomina "Nivel
Evaluado del Riesgo de Control". Al determinar el material de
evidencia necesario para amparar un nivel evaluado
específico del riesgo de control, por debajo del nivel
máximo, el auditor debe considerar las
características de la evidencia comprobatoria.

El auditor emplea el nivel evaluado de riesgo de control
para determinar el nivel aceptable de riesgo de detección,
para las aseveraciones de los estados financiero, el auditor
emplea el nivel aceptable de riesgo de detección, para
determinar la naturaleza, oportunidad y el alcance  de los
procedimientos de auditoría que se emplearán para
detectar las declaraciones incorrectas.

Mientras más bajo sea el nivel aceptable de
riesgo de detección, debe aumentar la seguridad derivada
de las pruebas sustantivas. En consecuencia, el auditor puede
tomar una o más de las siguientes medidas:

  • Cambiar la naturaleza de las pruebas sustantivas de
    un procedimiento menos efectivo a uno más
    efectivo.

  • Cambiar la oportunidad de las pruebas
    sustantivas.

  • Cambiar el alcance de las pruebas
    sustantivas.

Para apoyar el procedimiento de implementación
del control interno, la Contraloría General de la
República ha programado y realizado en las universidades
nacionales, prolijas Charlas y promovido la organización
del Comité sobre el Control Interno CI, de cuya fuente
hemos extraído los siguientes conceptos:

La práctica del CI comprende las acciones de
cautela previa, simultánea y de verificación
posterior realizada a la universidad sujeta a control, con la
finalidad que la gestión de sus recursos, bienes y
operaciones se efectúe de manera eficiente y
eficaz.

El CI previo y simultáneo le corresponde
exclusivamente a la autoridad, funcionario y servidor
público de las universidades públicas como
responsabilidad propia de las funciones que le son inherentes,
sobre la base de las normas que rigen las actividades de la
organización y los procedimientos establecidos en sus
planes, reglamentos, manuales y disposiciones institucionales,
los que contienen las políticas y métodos de
autorización, registro, verificación,
evaluación, seguridad y protección.

El CI posterior es ejercido por el responsable superior
del servidor o funcionario ejecutor, que es la CGR, en
función del cumplimiento de las disposiciones
establecidas, derivada en lo que le corresponde al OCI,
según sus planes y programas anuales, debiendo evaluar y
verificar los aspectos administrativos del uso de los recursos y
bienes del Estado, así como la gestión y
ejecución llevadas a cabo, en relación con las
metas trazadas y resultados obtenidos.

En calidad de Titular, el Rector es responsable de
fomentar y supervisar la práctica y confiabilidad del CI
para la evaluación de la gestión y el efectivo
ejercicio de la rendición de cuentas, propendiendo a que
éste contribuya con el logro de la misión y de sus
objetivos.

En este sentido, el Rector está obligado a
definir las políticas institucionales en los planes y/o
programas anuales que se formulen, los que serán objeto de
las verificaciones.

Nuestro trabajo se ha ceñido en la
definición del Instituto de Auditores Internos: La
Auditoría Académica es una actividad independiente
y objetiva de aseguramiento y consulta, concebida para agregar
valor y mejorar las operaciones de una organización. Ayuda
a una organización a cumplir sus objetivos aportando un
enfoque sistemático y disciplinado para evaluar y mejorar
los procesos de gestión de riesgos, control y
gobierno.

Además de contrastarla con la definición
contenida en el MAGU: La auditoría académica
permite emitir una opinión profesional independiente,
respecto a si las actividades académicas en su conjunto,
presentan razonablemente la situación de dichas
actividades, de acuerdo con las leyes, políticas, procesos
y procedimientos establecidos.

Figura 6.06. Sistema de Control
Interno[9]

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Se rigen por la Constitución Política del
Perú, su Estatuto y sus Reglamentos. Desarrollan sus
funciones sobre la base de principios. Declaran visión,
misión, objetivos, actividades y funciones.

Para cautelar el cumplimiento de la Ley, Estatuto y
Reglamentos, cuenta con un Órgano de Inspección y
Control (Art. 41 Ley 23733) y una Oficina General de
Auditoría Interna, ahora "Oficina de Control
Institucional" OCI.

Los Órganos de Control tienen por función
cautelar el cumplimiento del ordenamiento jurídico de la
Universidad Nacional, mediante inspecciones, auditorias:
administrativas, financieras, académicas y exámenes
especiales de conformidad con las Normas de Control.

El Órgano de Inspección y Control es
autónomo en el cumplimiento de sus funciones de
fiscalización al cautelar el cumplimiento de la
Constitución, Leyes, Estatuto, Reglamentos y las normas
universitarias. Además asume la defensoría
universitaria, cuando atiende, pronuncia e informa, las denuncias
de todo miembro de la comunidad universitaria,
derivándolas, si lo amerita, al Órgano de Control
Institucional para su investigación y correspondiente
potestad sancionadora.

Al respecto, la Ley Nº 27785 Ley Orgánica
del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría
General de la República dispone que:

CAPÍTULO II CONTROL GUBERNAMENTAL
Artículo 6.- Concepto

El control gubernamental, por ende, de la Universidad
Nacional, consiste en la supervisión, vigilancia y
verificación de los actos y resultados de la
gestión pública, en atención al grado de
eficiencia, eficacia, transparencia y economía en el uso y
destino de los recursos y bienes del Estado, así como del
cumplimiento de las normas legales y de los lineamientos de
política y planes de acción, evaluando los sistemas
de administración, gerencia y control, con fines de su
mejoramiento a través de la adopción de acciones
preventivas y correctivas pertinentes. El control gubernamental
es interno y externo y su desarrollo constituye un proceso
integral y permanente.

TÍTULO II SISTEMA NACIONAL DE CONTROL
CAPÍTULO I CONCEPTO Y CONFORMACIÓN DEL SISTEMA

Artículo 12.- Definición:

El Sistema Nacional de Control es el conjunto de
órganos de control, normas, métodos y
procedimientos, estructurados e integrados funcionalmente,
destinados a conducir y desarrollar el ejercicio del control
gubernamental en forma descentralizada. Su actuación
comprende todas las actividades y acciones en los campos
administrativo, presupuestal, operativo y financiero de las
entidades y alcanza al personal que presta servicios en ellas,
independientemente del régimen que las regule.

CAPÍTULO VII POTESTAD SANCIONADORA DE LA
CONTRALORÍA GENERAL
Artículo 41.- Facultad
sancionadora En cumplimiento de su misión y atribuciones,
la Contraloría General tiene la facultad de aplicar
directamente sanciones por la comisión de las infracciones
que hubieren cometido las 23 entidades sujetas a control, sus
funcionarios y servidores públicos, las sociedades de
auditoría y las personas jurídicas y naturales que
manejen recursos y bienes del Estado, o a quienes haya requerido
información o su presencia con relación a su
vinculación jurídica con las entidades. Dicha
facultad se ejerce con observancia de los principios de legalidad
y debido procedimiento.

En la práctica la OCI, orienta su trabajo
más a la a la auditoría interna financiero y
económico, dejando de lado la evaluación de las
actividades académicas.

De este modo, a priori, podemos afirmar que el
órgano de control, viene trabajando con una
concepción inadecuada en esta era de cambios y
competitividad que exige la modernidad en los procesos de
acreditación universitaria.

La ley N° 28740 DEL SISTEMA NACIONAL DE
EVALUACIÓN, ACREDITACIÓN Y CERTIFICACIÓN DE
LA CALIDAD EDUCATIVA,
establece entre otros, lo
siguiente:

Artículo 5°.- Finalidad del SINEACE El
SINEACE tiene la finalidad de garantizar a la sociedad que las
instituciones educativas públicas y privadas ofrezcan un
servicio de calidad. Para ello recomienda acciones para superar
las debilidades y carencias identificadas en los resultados de
las autoevaluaciones y evaluaciones externas, con el
propósito de optimizar los factores que inciden en los
aprendizajes y en el desarrollo de las destrezas y competencias
necesarias para alcanzar mejores niveles de calificación
profesional y desempeño laboral.

Artículo 6°.- Funciones del SINEACE.
Son funciones del SINEACE:

  • a. Definir y enunciar los criterios, conceptos,
    definiciones, clasificación, nomenclaturas y
    códigos que deberán utilizarse para la
    evaluación, acreditación y certificación
    de la calidad educativa, a fin de posibilitar la
    integración, comparación y el análisis
    de los resultados obtenidos.

  • b. Proponer políticas, programas y
    estrategias para el mejoramiento de la calidad educativa y el
    buen funcionamiento de os órganos
    operadores.

  • c. Articular el funcionamiento de los
    órganos operadores del SINEACE.

  • d. Promover el compromiso de los ciudadanos con
    la cultura de la calidad.

  • e. Garantizar la autonomía de los
    órganos operadores del Sistema en el marco de la
    presente Ley.

  • f. Informar objetivamente, a través de
    sus órganos operadores, acerca del estado de la
    calidad de la educación nacional y de los resultados
    logrados por las instituciones educativas evaluadas, para
    conocimiento público y orientación de las
    políticas y acciones requeridas.

  • g. Registrar a las entidades evaluadoras previa
    comprobación objetiva del cumplimiento de los
    requisitos considerados en el reglamento de la presente
    Ley.

TITULO V: DEL CONSEJO DE EVALUACIÓN,
ACREDITACIÓN Y CERTIFICACIÓN DE LA CALIDAD DE LA
EDUCACIÓN UNIVERSITARIA (CONEAU)

Artículo 29°.- Definición: El
CONEAU es el órgano operador encargado de definir los
criterios, indicadores y estándares de medición
para garantizar en las universidades públicas y privadas
los niveles aceptables de calidad, así como alentar la
aplicación de las medidas requeridas para su
mejoramiento.

Artículo 30°.- Instancias de
evaluación.
En cada universidad se deben constituir
instancias de evaluación institucional con el
propósito de analizar los logros y dificultades en el
cumplimiento de sus funciones y metas.

Artículo 31° .- Organización.
Para el cumplimiento de su finalidad, el CONEAU cuenta con la
siguiente organización:

  • a. Un órgano de dirección.
    Órganos de línea. Órganos
    consultivos.

Los objetivos y funciones de cada órgano del
CONEAU son definidos en el reglamento de la presente
ley.

Artículo 32° .- Órgano de
dirección.

32.1 El CONEAU cuenta con un órgano de
dirección constituido por un directorio conformado por
seis (6) expertos de reconocida trayectoria en el campo de la
evaluación, acreditación y certificación
designados mediante resolución suprema refrendada por el
Ministro de Educación, previo proceso de selección
en su entidad de origen y por un periodo de tres (3) años,
renovables por tercios. Deben poseer experiencia de diez (10)
años en la docencia universitaria o en su respectivo
ejercicio profesional.

Serán propuestos:

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32.2 El directorio del CONEAU es presidido por uno de
Sus miembros elegido por y entre ellos. Una vez designados, no
están sujetos a mandato imperativo de la
institución de origen y podrán ser removidos por
causales establecidas en su reglamento

Artículo 33°.- Comisiones
técnicas.
El CONEAU formara comisiones
técnicas, cuyos miembros deberán acreditar
reconocida trayectoria académica, intelectual y
profesional, así como experiencia en la gestión
académica universitaria. El reglamento de la presente Ley
precisa su organización y funciones.

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS, TRANSITORIAS Y
FINALES

CUARTA.- Reglamento de organización
y

Calidad de la Educación Básica y
Técnico-Productiva (IPEBA), el Consejo de
Evaluación, funciones.

El instituto Peruano de Evaluación,
Acreditación y Certificación de la
Acreditación y Certificación de la Calidad de la
Educación Superior no Universitaria (CONEACES), el Consejo
de Evaluación, Acreditación y Certificación
de la Calidad de la Educación Universitaria (CONEAU),
aprueban la normatividad requerida para su funcionamiento, dentro
de los sesenta (60) días posteriores a la fecha de su
instalación.

QUINTA.- Aplicación

Los órganos operadores del sistema se encargan de
elaborar y aprobar los lineamientos básicos respectivos
para la aplicación progresiva de la ley, debiendo
contemplar mecanismos participativos que permitan una verdadera
difusión de la cultura de la calidad basada en la
AUTOEVALUACION.

El objetivo principal de la ACREDITACIÓN DE
UNIVERSIDADES NACIONALES
, es una OPORTUNIDAD PARA SER
MEJORES, ASEGURANDO
la oferta permanente de CALIDAD de
la gestión académica y de su ambiente
institucional. Este proceso consiste en una
AUTOEVALUACIÓN voluntaria a la que la
institución se somete a fin de conocer sus fortalezas y
debilidades internas, como las oportunidades y amenazas externas,
a la luz de un proceso educativo y de su estructura
organizacional. Una institución acreditada da
garantía pública en cuanto a lo que ofrece y
propone, cumpliéndola eficientemente.

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Figura 6.0713 Tipología del
Control Interno

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Figura 6.0914

Provocado por la estrepitosa caída de ENRON
(2002), de manera reactiva el sector privado, se vio precisado de
adecuar las normas del sistema de control interno ante la
imperiosa necesidad de mejorar el comportamiento organizacional,
principalmente como una herramienta para combatir a la
corrupción. Primero se aplicó el COSO I y ahora
difunde y se inserta en el COSO II – ERM.

Recién a partir del año 2004 la
administración de las empresas públicas reacciona,
ensayando incorporar dentro de ellas a estas herramientas de
administración de riesgos. Se inicia a través del
INTOSAI, como ente integrador de las Contralorías de los
países especialmente americanos. Esta corriente
está permitiendo adecuar las normas de Control Interno en
el Perú, como se mencionó en la parte introductoria
(Resolución de Contraloría No. 320-2006 CG). Es
cierto, que el problema se presenta en su implementación,
debido a la ausencia del debido estudio que debió
otorgarse a los valores, actos y actitudes de la gente. No es
razonable, menos funcional, imponerlas a través de leyes,
sino más bien exige del ejemplo empezando por los
titulares de pliego y funcionarios. Considerando esta dificultad
en el año 2008, se aprobó la Guía de
Implementación del Control Interno, en la que se fija un
plazo máximo de 2 años, que venció el
2010.

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El dispositivo considera que estas normas deben ser
analizadas, merituadas, difundidas, aplicadas y monitoreadas por
los titulares de pliego de las entidades públicas, en su
pretendida intención de armonizar las normas de control
interno de acuerdo a la corriente internacional y de buenas
prácticas. Es necesario resaltar y tomar en cuenta que las
metodología a aplicar son "autoevaluación y
autodiagnóstico" en el manejo del CI.

USAID[10]patrocina la metodología
Casals de autoevaluación de control interno para gobiernos
locales en América Latina. Contiene una técnica muy
importante para mejorar la práctica de los procesos de
autoevaluación, que muy bien pueden aplicarse para lograr
la acreditación de las universidades públicas en el
Perú.

Por otro lado, es bueno recordar que desde la
Declaración de Bolonia (1999) ya se reclamaba con urgencia
la necesidad de instituir medidas comunes de aseguramiento de la
calidad, petición que tiene continuidad en declaraciones
sucesivas, tomando su mayor acopio y desarrollo consistente en la
Declaración de Bergen (2005), en la que se adoptaron los
indicadores y directrices de calidad establecidos por la Agencia
Europea para el Aseguramiento de la Calidad en la
Educación Superior – ENQA

Para algunos estas declaración fueron vagas
respeto en qué se concibe y ensaya con la calidad de la
educación, que ha de valorar en correlación con la
misión y prospectiva de la Universidad actual, es decir
plantearse qué cambios, porqué y para qué
deben darse en ella y cómo afectarán a los docentes
y a los alumnos. No hay duda que estos cambios exigen nuevos y
ajustados criterios y procedimientos de evaluación atentos
a las características singulares de la nueva actividad
docente que hace necesario que los requisitos y buenas
prácticas de valoración profesional no separen
artificialmente la docencia de la investigación. Es
más, lo indeterminado de qué y para qué es
necesaria la calidad corre el riesgo de confundir y malversar las
intenciones y propósitos de la educación
universitaria alejándose de sus finalidades, reduciendo
los procesos de enseñanza y aprendizaje a mera
transmisión y entrenamiento de ciertas habilidades en el
desarrollo de técnicas para la generación de
conocimiento, generación que, como esencial objeto
universitario, debe valorarse junto al proceso formativo de los
docentes investigadores. En la actualidad, las universidades
nacionales, en las valoraciones de la docencia e
investigación de sus profesores universitarios se
guían por indicadores alejados de lo que incumbe realmente
al valor de las enseñanzas universitarias como soportes
esenciales de la vida y sus formas. En un momento de cambio es
determinante: concretar y ajustar los indicadores para valorar la
docencia e investigación conjuntamente y transformando los
indicadores en criterios ajustados a cada forma del conocer y
hacerlo junto a los procedimientos y medios. Valoraciones por las
que hay que seleccionar y formar a quienes la van a aplicar:
evaluadores de los profesores universitarios, evaluadores y auto
evaluadores del control y la calidad universitaria.

Desde la presentación de la Konrad
Loren[11]z (1981), estableció dentro de su
Proyecto Educativo Institucional (PEI) un compromiso con la
calidad, asignando a la autoevaluación -concebida como un
proceso continuo e integral del quehacer Institucional- el rol de
pilar básico en la búsqueda de la excelencia.
Así se instituyó una mirada crítica
permanente al interior de cada unidad académica y
administrativa con el propósito de mejorar de manera
continua los resultados en docencia, investigación y
proyección social y ofrecer servicios de alta calidad a
todos sus grupos de interés. Para adelantar estos procesos
estratégicos de autoevaluación y mejoramiento
continuo y respondiendo a la creciente complejidad organizacional
derivada de la aprobación de nuevos programas
académicos de pregrado y postgrado, la Institución
ha contado con un Sistema Institucional de Aseguramiento de la
Calidad compuesto por políticas, procesos de apoyo y
unidades responsables de su administración, que se ha ido
perfeccionando a lo largo de los años de existencia de la
Institución.

El Sistema Institucional de Aseguramiento de la Calidad,
además de constituirse en un apoyo para el gerenciamiento
estratégico de la institución y para la toma
oportuna de decisiones con el ánimo de garantizar la
calidad y la eficiencia, permite dar cuenta del cumplimiento de
los estándares de calidad de los programas
académicos (estándares básicos 41para la
obtención del Registro Calificado y estándares de
alta calidad para la obtención de la Acreditación o
para su renovación), de la calidad de las dependencias
(para garantizar la correcta ejecución de sus procesos y
servicios) y de la calidad de la propia Institución (para
la obtención de la Acreditación Institucional). El
documento está constituido por cuatro capítulos: El
capítulo I recoge los antecedentes históricos del
aseguramiento de la calidad en la Institución. El
capítulo II establece los lineamientos del Sistema
Institucional de Aseguramiento de la Calidad (SIAC): marco
conceptual, objetivos y principios que lo orientan. El
capítulo III presenta la organización que va a
tener el Sistema Institucional de Aseguramiento de la Calidad,
así como la estructura de participación de los
equipos de trabajo y sus respectivas funciones. En el
capítulo IV se expone el enfoque metodológico que
incluye los conceptos operativos claves sobre "calidad" que asume
la Institución, los dos procesos centrales y las distintas
fases y acciones que deben recorrerse.

El "summum bonum" o mayor bien de la calidad
debe incluir, desde el objeto fijado, procedimientos para cambiar
radicalmente a la selección, capacitación y
entrenamiento de los docentes, quienes deberán reflejar
competencias de investigación universitaria, cambio desde
los fundamentos y métodos del conocimiento, e
institucionalmente implantado en los distintos centros
universitarios; modificar las programaciones para que la natural
interacción entre teoría y práctica se
ofrezca de forma sistemática, lo que exige ajustar la
ratio en las aulas. Más aún si no practica el
isomorfismo conceptual para aplicar en sinergia los
términos de las normas. Cuando hablamos de sinergia, nos
referimos a todo lo que tiene sincronía y trabaja bien, ya
que sinergia es el resultado de la interacción de todos
los componentes o sub subsistemas, en otras palabras decimos que
el todo es más que la suma de sus partes. Podemos
encontrar sinergia en todo lugar ya sea de forma positiva y
negativa lo cual utilizamos en nuestra vida diaria; concluimos
entonces que toda la naturaleza es sinérgica. Parte de la
sinergia es recursividad, la cual ayuda a los sistemas y
subsistemas se complementen entre sí, no pierdan
ningún valor estando en armonía. Por ello creemos
que para el desarrollo de la sociedad es fundamental la sinergia.
Sin esto, es casi imposible hablar de calidad y control ni de
reforma sólida y efectiva de la universidad
nacional

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Figura 6.1118 Isomorfismo
y Sinergia.

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4.2 FUNDAMENTO TEÓRICOS DE LA
INVESTIGACIÓN.

4.2.1 MARCO LEGAL DE LA
INVESTIGACION

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4.2.2 MARCO
HISTÓRICO

Al estimar excelente el contenido histórico y de
proyección de la Universidad Latino americana y al ser
concordante a mi investigación, en lo que se refiere a la
Acreditación Universitaria, transcribo, en resumen, las
partes más importantes del ensayo de MIGUEL ANGEL
CORTÉZ[12]MARÍN
de la
Universidad de Chiapas, México, titulado LAS CLAVES DEL
DESARROLLO
, basado en una visión que tiene como
objetivo alcanzar los indicadores y estándares de la
Universidad del Siglo XXI.

Cortéz da inicio a su ensayo nos reafirma que fue
MUCHO MÁS QUE UN SIMPLE ESCÁNDALO: las
quiebras fuero necesarias para tomar conciencia que los fracasos
empresariales, nos dice la visión más radicalmente
liberal, formando parte de ese proceso de 'destrucción
creativa' al que se refería Schumpeter para asentar los
procesos de innovación, y mediante el cual se regenera
permanentemente el tejido capitalista. El colapso de Enron es,
sin embargo, algo más que una pieza de esa cadena
darwiniana a través de la que avanza el sistema basado en
el libre mercado. Estuvo en razón Paul Krugman cuando, dos
semanas después de declarase la quiebra del gigante
energético, advertía de las inquietantes
similitudes políticas con la emergencia de la crisis de
las economías del sureste asiático.

CRISIS CAPITALISMO GLOBAL Y EL DESARROLLO
CONVENCIONAL:
Cortez dice que durante los últimos 30
años somos testigos de un período mundial de crisis
espectaculares. Somos viajeros del mismo tiempo de incertidumbre,
con dirección a un mundo totalmente distinto al que
conocemos y que nadie puede predecir. A partir de los años
setenta, dice George Soros, se inicia realmente un monumental
capitalismo global.

Alvin Toffler predice la colisión de estas dos
grandes olas, la economía desarrollada, trastoca los
patrones culturales y de consumo de los países en
desarrollo, por arbitraria superioridad competitiva, dominando
casi por completo los mercados locales del mundo. Este colapso ha
originado el gran subempleo de las amplias capas de la
población mundial. Sobre tal situación se levanta
la crisis general de la sociedad contemporánea que todos
percibimos, y que muchas veces concebimos como si tuviera vida
propia. En medio de esta extraordinaria convulsión, hay un
pequeño conjunto de grandes fuerzas estructurales que
tienen una relación especialmente importante con los
análisis más serios y responsables del gran
desequilibrio mundial que vivimos.

Veamos cuales son: El desarrollo económico por
automatización y concentración de la guerra
económica del capital global. Los ambientes bélicos
del capital global. La guerra.

IDENTIDAD LATINOAMERICANA: UN DESAFÍO
PENDIENTE:
Continua Cortéz, diciendo que vivimos en un
tiempo en que sumamos más de 6000 millones de seres
humanos en este planeta, momento crítico que al inicio de
un nuevo siglo comienza a demandarnos una revisión
profunda acerca del tipo de mundo que hemos producido, del tipo
de acciones que hemos hecho sobre él y nosotros
mismos.

De pronto la globalización y las transnacionales
se han vuelto tema en boca de todos los actores sociales; temas
que se centran en nuestra América en la
problemática de la identidad.

Filósofos e historiadores han llenado libros
sobre este tema y en ellos podemos deducir inicialmente que el
fondo de sus escritos es la denuncia y el diagnóstico y
muy poco sobre las posibles propuestas. De ello surge la
necesidad de poner y aventurar una mirada crítica sobre
nuestra identidad, la forzosa construcción de ella, sus
limitantes. Por tal razón, se hace un diagnóstico
crítico e histórico sobre la construcción de
nuestra identidad y los problemas que ello genera desde el mundo
globalizado y mundializado; como fuente de construcción de
conocimiento histórico y de formación de sentido de
pertenencia.

En primer lugar, debemos decir que la discusión
sobre nuestra identidad no es nueva. En la década de 1920,
en Alemania, el Instituto para la Investigación Social
(Institut für Sozialforschung), fundado en Frankfurt en 1923
por Adorno y Horkheimer consideran que el mundo en el que viven
"es el mundo de la caída de la razón objetiva", en
donde el hombre ya no cuestiona críticamente su devenir ni
pasado, por lo tanto, se encamina hacia la pérdida de su
identidad individual y colectiva. En la década de los
70"s, Michael Foucault trabaja la idea de que hay conceptos
claves para el entendimiento de la sociedad; por ejemplo, la
disciplina (que es una especie de lema en torno a la cual gira el
modelo capitalista); el poder, el cual no es sólo
prohibitivo o represivo, sino también reproductivo;
produce por ejemplo, diferentes regímenes de verdades y de
saberes, los cuales, por lo tanto, condicionan el apoderamiento
de identidades culturales. En su obra Microfísica del
poder, pone énfasis justamente en esa visión
reticular del poder y en las manifestaciones en lo cotidiano,
rayando con mucho cuidado y prolijo el tema de la
construcción de la identidad. De la obra de Foucault se
derivan también los escritos de Guattari, Deleuze,
Derrida, Lyotard, etc., quienes hacen un repaso crítico a
la posmodernidad. Contemporáneo a Foucault, Jürgen
Habermas, discípulo alemán de la Escuela de
Frankfurt, planteaba que la pérdida de la identidad social
era el resultado de la desvinculación entre los sistemas
técnicos y la vida actual, donde el hombre se ha vuelto
presa fácil de la tecnificación, olvidando por ende
su pasado y el compromiso con el futuro, volcándose hacia
la individualidad y el abandono de sus tradiciones.

Con motivo del cumplimiento de más de 500
años del descubrimiento de América, la
problemática se volcó hacia nuestro continente y si
bien, ya se había escrito antes sobre identidad
latinoamericana, la gran mayoría de esos manifiestos se
hicieron públicos a partir de 1992. Los órganos y
redes intelectuales de Latinoamérica buscaron con
afán entre las obras como las de Todorov, Dussel, Kusch,
Biagini, Roig, Montiel y Zea, por nombrar algunos,
pequeñas señales que alimentasen la
discusión en torno a nuestra identidad: la permanencia o
el fortalecimiento de ella. Esta discusión en torno a la
identidad latinoamericana no sólo involucró a
pensadores, académicos e intelectuales, sino que
además comprometió a políticos, etnias,
grupos nacionalistas, reivindicadores, etc., quienes se
apropiaron de determinados discursos para justificar o replantear
nuestra identidad.

Conceptualmente, la identidad es "el núcleo de
cada cultura. Es el modo de ser particular, la propia y singular
peculiaridad de las variantes universales de cada cultura en el
eje del tiempo y en la dimensión del espacio". Esta
definición nos habla de identidad como muestra de un todo
social, como el resultado de la cultura de cada sociedad en el
tiempo y en el espacio; con al cual nos surge la primera
interrogante: ¿El modo de ser de América ha sido
siempre el mismo? Consideramos que no, aunque existan
pequeños atisbos de continuidad, como el hecho de un
pasado colonial, una obligada inserción al capitalismo y a
la dependencia económica que dan como resultado una
Latinoamérica en vías de desarrollo.

Desde la llegada de los hispanos a nuestro continente,
la población indígena fue brutalmente reducida a la
fuerza. Los indios que resistieron eran exterminados o
simplemente se adaptaron a la aculturación, la
transculturación y a la evangelización, la cual no
sólo acababa con su cultura sino también con su
imaginario colectivo.

Como señala el sociólogo Jorge
Larraín, "del encuentro original entre la cultura
española e indígenas, emergió un nuevo
modelo cultural fuertemente influenciado por la religión
católica, íntimamente relacionado con el
autoritarismo político y no muy abierto a la razón
científica. Este modelo coexistió fácilmente
con la esclavitud, el racismo, la inquisición y el
monopolio religioso". La llegada de las emancipaciones
latinoamericanas no provocó grandes cambios en este
panorama; es más, la conformación de un mestizaje
latino híbrido donde la preponderancia apunta a la
no-pureza de nuestro criollaje. Las esferas de poder se
trasladaron hacia los terratenientes y hacendados, los cuales
reprodujeron el discurso político y económico
colonial atentando contra el criollaje y las etnias, para
justificar el poder y el sometimiento a una hegemonía
cultural en toda Latinoamérica. La
industrialización de las naciones occidentales
provocó en Latinoamérica flujos de dependencia
económica que posibilitaron el ingreso de capitales
británicos y estadounidenses que se alojaron en el seno de
nuestras economías, transformando las costumbres de la
oligarquía, quienes seguían ostentando el poder
interno, subyugando a los sectores populares a una
reformulación de corte moderno del sistema
colonia.

Sin embargo, el siglo XX para Latinoamérica fue
sinónimo de la expresión máxima de la
desintegración cultural con la irrupción veloz de
los medios de comunicación y el aumento de la brecha entre
las esferas de poder y la sociedad. Es aquí, donde la obra
de Rodolfo Kusch, América Profunda, cobra
actualización en torno a sus postulados para la
confrontación entre el mundo hispano y el indígena.
Según Kusch, hay dos visiones en nuestro continente que no
siempre conjugan el mismo verbo de identidad. En primer lugar
habría una América periférica, austral que
sería dominio de la tradición occidental,
depositaria del individualismo, del mundo secularizado, de la
racionalidad instrumental y la modernidad que simbolizaría
la equivalencia entre "ser alguien" y la acción promotora
del ser humano en el estandarte del control y el
dominio.

Por otro lado, al interior de América en su
"profundidad", existiría una cosmovisión diferente
y conservada a pesar de la conquista occidental. Esta
visión no está orientado a la definición
sino más bien dirigido hacia el "aquí y el ahora"
como una perspectiva de encuentro, donde predominaría una
dimensión colectiva de lo humano sobre una individual, la
totalidad sobre la particularidad y una concepción de
pertenencia al entorno ajustando el mundo a un sentido
mítico y religioso, el sujeto "se vive" como domiciliado
en su circunstancia, desde la cual se desprende su sentido
ontológico particular referido "al estar". Al ya
mencionado dilema de nuestra identidad, hay otros factores que
por lo menos son necesarios nombrar, y que en definitiva
(des)configuran nuestra Reflexión. Se debe tener en cuenta
que "es innegable que la religión ha jugado un papel
fundamental en la historia de la cultura en Latinoamérica
en cuanto a que se ocupa de los valores supremos y que ha servido
para fundamentar un orden social compartido". Es decir, que la
religión ha servido de silenciador de muestras de
reivindicación radical y que se ha encargado de justificar
a quienes en estos momentos ostentan las esferas de
poder.

También, otro problema para nuestra identidad es
sin duda alguna el afán de los sectores conservadores de
mantener enterrado el florecimiento de la identidad
latinoamericana, desean el poder que ellos ostentan actualmente y
que, como un fantasma, la liberación de los mecanismos de
opresión existentes, romperían el marco
actual.

Otra preocupación para nuestra identidad apunta
más bien a nuestras escuelas y a la didáctica de la
enseñanza de la Historia, donde prevalece un enfoque
tradicionalista y positivista basado en las fechas y los datos en
vez de la comprensión y análisis real de nuestro
pasado. Es bien conocido el desencanto juvenil frente a los
discursos políticos actuales. Según Peter McLaren,
como consecuencia de la condición postmoderna de nuestra
sociedad actual, los jóvenes sienten repudio frente al
"compromiso con el presente o a pensar históricamente",
viven las identidades superficiales de las imágenes que
les entregan los medios de comunicación, en las que la
política de análisis interpretativo es reemplazada
por la política del sentirse bien, del dejar pasar o bien
del olvido de la memoria histórica. Esto atenta
considerablemente contra nuestros jóvenes; puesto que la
forma tradicional de enseñar nuestra historia no los lleva
a entender el tejido y conjunto de los hechos de nuestro pasado,
el cual "necesita ser remodelado periódicamente por la
urgencia que cada generación tiene de construir el
presente desde el pasado, y de producir su propia realidad social
y cultural a partir del mundo que recibe como legado, superando
de paso, los problemas vitales con que ese legado carga a la
nueva generación".

En este punto Kusch realiza un análisis acabado y
genial de las diferencias existentes en nuestra América
multicultural y sincrética que en definitiva se oponen a
la homogenización y a la globalización de nuestra
cultura social, impidiendo por razones "del ser latinoamericano"
la homogenización de una identidad.

NUEVOS RETOS Y DESAFÍOS DE LAS
UNIVERSIDADES:
Cortéz precisa que la
globalización económica llevó a la
reducción del estado de bienestar y condujo a la
exclusión social. Las transformaciones del mundo
globalizado han llevado a la aparición de una nueva
cultura en la que las personas están cada vez más
lejos del poder y sienten una creciente indiferencia por las
instituciones de la sociedad que se desmoronan y ven
individualizado su trabajo y sus vidas.

En estas circunstancias, la matriz social de los
últimos cuarenta años comienza a diluirse. Hoy se
asume un nuevo tipo de sociedad en la que lo único que le
da sentido a esta es el mercado. Están surgiendo nuevas
situaciones de desigualdad, pobreza, marginación. Se
está dando un nuevo sujeto sin derecho que no reconoce el
derecho del otro y atenta contra él, porque es negado por
la sociedad. En medio de este contexto existe un sistema
educativo al que le sobran discursos y que en el mejor de los
casos, prepara el trabajo pero carece de acciones eficientes para
formar a hombres comprometidos con la vida. Esto motiva la
evolución de la universidad al debate actual.

Pero, la incorporación de la Universidad al
debate posmoderno provoca la necesidad apremiante de una
reflexión a la luz de los nuevos tiempos que transcurren,
donde se habla de la "Pérdida del sentimiento Ético
de la vida universitaria". Se manifiesta una atmósfera
negativa en contra de la centralización de una
institución, que hasta hace poco tenía un lugar
social privilegiado de la realización del programa de
libertad y formación para todos, por albergar en su seno
al sujeto ilustrado de la modernidad, el hombre. De
marchar la sociedad como estaba previsto, las universidades se
convertirían inevitablemente en centros privilegiados de
producción y difusión del saber transformador
universal, donde el
conocimiento científico-técnico ocuparía
un lugar prominente. Así las universidades se
debían convertir en el laboratorio social desde donde se
elaborarían y se ejecutarían todos los proyectos
democráticos desarrollistas que entraban a manifestarse en
toda la América Latina en el pasado siglo XX. Hoy por el
contrario nadie cree que la Universidad vaya a conducir a
algún cambio revolucionario, sino que hay fuertes dudas de
su participación en el proceso de modernización
más elemental que debe realizar la sociedad para no quedar
totalmente desincorporadas del proceso de globalización.
La crisis encuentra una profundización que se pudiera
resumir básicamente en un objetivo central: liquidar la
posibilidad de la educación superior estatal y, con ello,
impedir que la universidad pública se consolide y
desarrolle como la única vía que tienen vastos
sectores de la población para acceder a la
formación y al conocimiento de nivel superior.

Las universidades públicas son del estado y en
opinión de muchos son innecesarias, precisamente porque la
iniciativa privada puede cubrir o debe cubrir el servicio de la
educación superior, y esto mismo ocurre con la salud, la
vivienda y los servicios públicos, sectores que tienen
influencia principal sobre la vida de la mayoría de la
población del continente. La privatización de las
universidades es la forma de limitar o negar el ingreso de la
mayoría de la población al nivel superior de la
educación. Esta problemática ha llevado a que las
universidades públicas latinoamericanas vayan perdiendo
gran parte del espacio que ocupaban en el seno de la sociedad
continental. La situación de la educación
universitaria, al igual que el conjunto del sector educativo, hoy
presenta una crisis acumulada que es producto de la
aplicación de una política muy definida desde hace
muchos años para la educación pública en
general y en particular para la educación superior y han
terminado por hundirse en la quiebra institucional debido al
papel del estado actual de las políticas
macroeconómicas de ajustes estructurales, dentro del
proceso mundial de globalización, que exige de una mayor
calidad.

La Universidad debiera de evaluarse a sí misma
para enfrentar la amenaza del entorno donde se encuentran
sometida a una severa asfixia presupuestal, a un control de la
autonomía universitaria y a un régimen de
indicadores que no estimulan la investigación ni la
actualización o superación de los
conocimientos.

El sistema de enseñanza actual es tan "racional"
que está pensado más en función de las
materias que ha de dominar el estudiante que en función
del estudiante mismo. La dificultad está en el proceso que
se hace de la crítica que no se fomenta en los sistemas de
educación formales. No se fomenta en los procesos
creativos porque es más fácil entenderse con la
seguridad de lo conocido, que aventurarse a buscar las cadenas
artificiales que se crean los propios académicos. Se
plantea que la Educación Superior Pública es el
principal factor de movilidad social de pueblos, que "tienen un
papel estratégico en su capacidad para generar
conocimientos e innovaciones tecnológicas, inductoras del
desarrollo nacional".

Las Universidades Públicas dan un cúmulo
grande de información cultural, social, económica,
donde realmente se forma una visión verdaderamente amplia
de los pueblos, "dan un impacto social y estratégico
importante".

La forma utilizada de financiar todas las instituciones
de Educación Superior por el estado ha sido paternal; y
desvinculada del criterio de evaluación de calidad,
equidad y eficiencia de la gestión. Para que ella pueda
efectuar una contribución importante al progreso de la
sociedad y el estado, debe comprender que financiarla no es una
carga para los fondos públicos, más, es una
necesidad inminente a largo plazo, para acrecentar la complejidad
económica y el desenvolvimiento cultural y
social.

Las Universidades desempeñan un papel fundamental
en cualquier perspectiva de desarrollo de L.A. Tienen que
enfrentar estos retos, desafíos y problemas e integrar
nuevos y diferentes enfoques, dada la diversidad de contextos
económicos, políticos y sociales en que está
inmersa la Educación Superior en el nuevo marco social. La
educación superior debe ser capaz de responder a las
necesidades de la humanidad en el siglo XXI. Es necesario por
tanto, colocar las instituciones de Educación Superior a
disposición de la sociedad como agentes activos que
formulan e implementan LA POLÍTICA en general, y en
particular las políticas de educación, ciencia,
tecnología, cultura y sobre todo HUMANISMO.

EL DESAFÍO DE LA GLOBALIZACIÓN FRENTE A
LOS UNIVERSITARIOS:
Cortéz incita a los
académicos abordar la problemática social de manera
conjunta no constituye meramente un ejercicio académico.
"Colocar en el centro del discurso político esta
preocupación implica dejar de asumir la política
como un acto responsabilidad de unos cuanto hombres para
enmarcarla en la lucha histórica de los movimientos
sociales en los que navega la universidad". La
globalización es una realidad por cuanto hoy en día
la integración, las finanzas y la información
están creando una cultura y un mercado integral
único. Nos encontramos en lo que Friedman (1998) llama "un
tren sin freno".

Vemos como en materia educativa, a escala mundial con
respecto a otros sectores de la sociedad, los síntomas son
alarmantes, para 1990 América Latina "solo participaba con
el 2 % del Producto Interno Bruto total en inversiones para
Ciencia y Tecnología, diez años más tarde,
para el año 2000 baja a 1%, mientras que Asia subía
de un 15% a un 21%".

Esta participación se redujo ya que
América Latina llegó a gastar a fines de esa
década un monto fiscal promedio por alumno matriculado en
la enseñanza superior, menos que en todas las regiones del
mundo.

Hoy la vida académica en cualquier universidad
latinoamericana, tanto privada como pública parece
debatirse entre "el oportunismo teórico-ideológico,
como ejercicio del pensamiento académico de vanguardia, el
letargo intelectual y una necesidad de reproducir todas las
estructuras productivas y sociales existentes", el profesor
universitario que se suponía con una capacidad dada para
realizar el cambio repite los conocimientos elaborados en
espacios diferentes a las universidades y más aún
en latitudes muy distantes de nuestros países. Se ha
hablado así en forma cada vez más
sistemática y frecuente de una situación de quiebra
moral y estructural de las instituciones académicas que
podría denominarse como el fin de todas las universidades,
metáfora que contiene una mirada de dolor al observar que
las funciones más intrínsecas a estas instituciones
como son creación, preservación y
transmisión de conocimientos, pueden ser perfectamente
realizadas hoy en forma más amplias y mucho más
eficientes por instancias que nada tienen que ver con el mundo
académico. Las redes de telecomunicaciones (TV, cables,
Internet) están concentrando una masa crítica de
información y conocimientos en general que
difícilmente podría ser generada y depositada en la
universidad dada las condiciones de estructuras cerradas y
obsoletas que generalmente estas poseen.

En otras esferas sociales, que no son las que
constituyen la Universidad, se están produciendo y
almacenando los conocimientos de punta que permiten
diseñar las palancas que movilizan la vida de hoy. La
Universidad se ha convertido de esta forma en un mero centro de
consumo y reproducción de conocimientos y saberes que
provienen de instituciones privadas y gubernamentales de
investigación.

En este momento no está claro que el lugar de
donde se concibió la cuna de la cultura siga siendo el
hábitat natural de la razón ilustrada por
excelencia.

Ese conocimiento que hay que construir, no es solo un
producto, es también una forma de construir nuevas
realidades. Pero ¿Cuál es nuestra responsabilidad
concreta? ¿Qué hacer para que la política
económica sea también una política de
integración social? El problema está en romper con
las trabas que conforman esa forma de pensar, para solucionar los
grandes retos de este entorno porque en ellas está el
futuro del desarrollo del continente. El estado, por tanto, debe
ser el responsable de dirigir y fijar las prioridades de toda la
Educación Superior, en beneficio de la propia sociedad y
esta a su vez debe desempeñar la función de
garantizar la seguridad humana de manera que podamos vincular con
éxito las esferas de la vida diaria en el plano individual
y local y de la vida económica en el plano regional y
mundial. La situación de la Educación Superior
Pública es muy peculiar, tiene una función de
extraordinaria importancia dentro de la sociedad, cuando trasmite
información para la sociedad y prepara una gran cantidad
de profesionales que irán luego al mercado de trabajo para
satisfacer sus necesidades, esto le hace que tenga en realidad un
valor social extremadamente alto, tan alto como la
educación básica, la media o más en
ocasiones. Por tanto la educación superior merece todo el
apoyo gubernamental. Las universidades públicas son piezas
básicas de nuestra sociedad que requieren dinamismo y
flexibilidad para adaptarse -y adelantarse, en lo posible- a los
cambios que nos rodean.

Se necesitan hoy universidades públicas, dotadas
de un buen sistema de vinculación académica,
económica y social y con los medios suficientes para
crear, producir y difundir el conocimiento, tanto el
científico y humanista, como el tecnológico.
Universidades para formar hoy y mañana de manera
permanente a nuestros hombres y mujeres, con el fin de que puedan
desarrollar una tarea que les permita conseguir una calidad de
vida digna, dentro del marco de una sociedad justa y de progreso.
Hoy, tienen que cumplir su función crítica dentro
de la sociedad y debe cumplir su misión pública -el
desarrollo de la educación ciudadana- para poder
enfrentarse a los desafíos actuales de la Educación
Superior de mundialización o globalización,
regionalización, marginalización, y
fragmentación sobre la sociedad".

FUNCIONES DE LAS UNIVERSIDADES LATINOAMERICANAS
FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN:
Cortéz recuerda que
las universidades tienen muy diversas funciones que cumplir. La
primera es la formación no solamente de sus estudiantes,
sino también la transmisión de sus bases de
conocimientos a la sociedad. Esto quiere decir que hay que
enseñar a aprender y, a su vez, aprender a enseñar,
esto afecta tanto a los usuarios del servicio como a los docentes
del sistema. La segunda función es producir conocimientos,
es decir, investigar. Esta función supone, en primer
lugar, tener capacidad para producir nuevos conocimientos
innovadores y, en segundo lugar, dotarse de un profesorado con
capacidad para competir en este campo. La tercera y última
función, es la social. Aquí la relación
sociedad-universidad no puede ser contemplada hoy como
hacíamos una generación atrás. Ni entonces,
ni actualmente, ha sido demasiado intensa la preocupación
de los dirigentes políticos o económicos por las
actividades universitarias, de las cuales, a menudo, han
desconocido datos elementales tanto en lo referente a su
actividad, como a su organización. Para orientar esta
relación de acuerdo con lo que nuestra sociedad pide, es
indispensable seguir ampliando el intercambio de
información entre universidades, responsables
políticos y dirigentes sociales y
económicos.

Se hace necesario que la Universidad mantenga su
función vital, de producción y preservación
de conocimientos, por cuanto es la encargada de preparar la
maquinaria para el trabajo en condiciones de mercado capitalista
de toda la mano de obra calificada. Estas son reflexiones que
practican estas universidades a pesar de las limitaciones
crecientes que padecen de financiamiento estatal, tanto
científico como tecnológico. Por eso la Universidad
tiene que cambiar para seguir siendo lo que es, un centro de
transmisión de conocimientos, porque ella es parte de la
solución del problema actual de la humanidad. Muchas
Universidades no tienen claro cuál es el camino a seguir
para lograr el desarrollo del país, lo entienden de
diferentes maneras. "Lo más importante es saber que este
proceso de cambios que existe en la Universidad es para seguir
siendo lo que es, no para transformarla en otra cosa", como
pretenden determinados planes de ajuste que se están
aplicando hoy. Se habla que hay que mantener la autonomía
de pensamiento de la Universidad, sin ataduras desde afuera, para
lograr una Universidad formadora de seres humanos abierta a todo
aquel que quiera hacer el esfuerzo de estudiar.

La Universidad como generadora de la riqueza más
importante que tenemos las naciones hoy, que es el conocimiento
sobre la humanidad. Pero la autonomía no solamente es un
derecho, es también un deber. El concepto de
autonomía va muy ligado también con el concepto de
universidad, qué universidad y para quién esa
universidad. En la definición de estos asuntos reclamamos
que los universitarios puedan sean autónomos, sin
ningún tipo de interferencia exterior, sin la
presión de ninguno de los poderes públicos. Esta es
la esencia misma de la universidad. La comunidad universitaria
necesita poder definirle el rumbo a la universidad, no de
espaldas al país, sino con el país, con sus
necesidades y perspectivas. No para entrar en una urna de cristal
sino para pensar y actuar como miembros de una comunidad nacional
que cumple una función específica. En este sentido,
se orienta un nuevo esquema de cambio, donde se observe una
universidad abierta, que exista un currículo abierto y
múltiple que se adecue a la transdisciplinariedad
necesaria para poder lograr un cambio total dentro de la
institución, que eleve a la formación de un sujeto
lúcido, capaz de adecuarse a los nuevos cambios del
entorno y que sepa aprovechar y utilizar consecuentemente todos y
cada uno de los adelantos científicos y
tecnológicos que los nuevos retos imponen.

Pero lo que no cambiará es la necesidad que estas
instituciones tendrán de preparar a las nuevas
generaciones para el futuro, un futuro que hoy en día
está cambiando de manera más rápida y
trascendente que nunca antes tal perspectiva no debería
causar temor, sino verse más bien como un desafío.
Es hora de que el cambio entre en una nueva etapa de la humanidad
en la cual muchas de las ambiciones sobre paz y el progreso de
los pueblos puedan realizarse. Al preparar a las nuevas
generaciones para este desafío y darle los medios para que
puedan cambiar las cosas es una tarea estimulante para todos
aquellos que participan directamente o se interesan en la
educación superior en la actualidad.

En este marco cobra relevancia la especial
responsabilidad de los académicos de las ciencias
sociales, interesados en sustituir la lógica dominante del
mercado por otra que busque nuevas formas de personas y acciones
sociales y políticas que haga realidad un modelo de
desarrollo alternativo sostenido.

La educación superior ha de seguir siendo una
prioridad de las políticas públicas ya que es un
elemento básico de competitividad. Por eso es necesario
que los representantes políticos y la sociedad tengan un
mejor conocimiento del mundo universitario y de sus posibilidades
de suministrar una oferta de cualidad. Es necesario de trabajar
con un sistema de universidades, antes que con la suma de las
mismas de trabajar con criterios de reestructuración de
las actuales organizaciones que nos permitan adecuarlas
continuamente a los cambios que nos rodean. Es necesario
introducir flexibilidad en las organizaciones universitarias,
desnormatizar la vida académica y apostar por un nuevo
sistema de gobierno.

El principal desafío que enfrenta la
educación latinoamericana y caribeña es el de
enfrentar adecuadamente el ritmo veloz del desarrollo
tecnológico y las demás transformaciones del mundo
contemporáneo.

Pero el gran desafío que tienen los
académicos es la decisión de adoptar una postura
ante la problemática social, adoptar nuevas formas de
pensar y de actuar en el cambiante entorno conformado por un
mundo cada vez más complejo y globalizado. De encontrar
nuevas formas de pensar para buscar un sentido de la vida que
redunde en mejores niveles de bienestar para todos.

Los problemas de la actual sociedad latinoamericana son
tan complejos que se requiere del esfuerzo común de todos
los académicos de América Latina y el Caribe con un
enfoque multidisciplinario para enfrentar en conjunto los
problemas y aspirar a un proyecto social general. Pero se
requiere de una conciencia colectiva que sea capaz de discutir el
cambio, enfrentarse a él y tener una gran voluntad para
actuar y sobre cada una de las circunstancias para salvarnos a
nosotros mismos. Esta es una tarea compleja, supone un esfuerzo
no solo intelectual, sino de toda la sociedad

agrupándose en unidades políticas o
comerciales para participar con mayores ventajas en la
competencia internacional. Esta integración ocurre al
mismo tiempo que se presenta un descenso en el ritmo de
crecimiento de su población, que aumentan las expectativas
de vida, que se dan cambios en las estructuras sociales y
económicas, y que se genera un creciente desempleo,
producto del esfuerzo de racionalización que en el entorno
mundial han emprendido las grandes empresas, seguido de una
reducción simultánea de las estructuras de
gobierno.

La alta tecnificación de los procesos
productivos, por su parte, hará que los países
desarrollados dependan menos de una mano de obra abundante y
barata; por el contrario, las áreas de servicios no
especializados y poco remunerados dependerán de manera
creciente de la mano de obra de los países con menor grado
de desarrollo. Los sectores de la sociedad menos preparados se
sentirán amenazados por una creciente migración,
que agudizarán las tensiones políticas y sociales
que ya existen. Una de las primeras consecuencias será el
establecimiento de políticas de migración
más restrictivas, con lo que se limitará esta
válvula de alivio de los países menos desarrollados
y se agudizarán en ellos los problemas económicos y
sociales.

Por otra parte, la humanidad se encuentra inmersa en una
profunda transformación, cuya duración y alcance
apenas se vislumbran, y que se deriva de un crecimiento
apresurado del conocimiento científico y
tecnológico -el cual se duplica cada veinte años-
además del desarrollo de nuevas tecnologías
aplicables al manejo de la información y de las
comunicaciones. Esta nueva etapa, que se ha denominado "la era de
la información", se caracteriza por el gran incremento de
la información disponible y por su fácil acceso a
través de medios electrónicos de
comunicación, así como por el alto grado de
especialización que requiere el mercado de trabajo y los
cambios que se producen en su estructura.

Todo ello está conformando un nuevo orden
económico y social, en el que las sociedades que logren
destacar serán aquellas que tengan una gran capacidad para
utilizar oportuna e inteligentemente la vasta información
universalmente disponible, y adaptarse rápida y
productivamente a las cambiantes condiciones que se darán
con un ritmo cada vez más acelerado.

En este nuevo orden, los grupos laborales altamente
capacitados, las organizaciones sociales, los sectores
académicos y los medios jugarán un papel decisivo.
También es cierto que nunca había existido tanta
gente en pobreza extrema, tan aislada de los grandes avances que
se están dando en otras partes del mundo.

En este proceso de transformación las
universidades tienen un papel determinante, ya que deben formar
los recursos humanos que la sociedad necesita, contribuir al
desarrollo de nuevas habilidades en la práctica
profesional -tales como la selección y análisis de
información, el trabajo en equipo, la disposición
al aprendizaje continuo, el manejo de idiomas, la asertividad, la
creatividad e innovación para la solución de
problemas, generar los conocimientos y la información
necesarios para tomar decisiones y, sin duda, contribuir a
preservar y enriquecer los valores sociales y
culturales.

Los modelos educativos y los planes de estudio
habrán de experimentar profundas transformaciones ante
esta dinámica, con el consecuente cambio en el perfil del
egresado, a su vez, los modelos de organización de las
instituciones de educación superior habrán de
reformarse. Las nuevas condiciones requieren de planes de estudio
mucho más flexibles, que permitan adaptarse a la
rápida emergencia de innovaciones y nuevos conocimientos,
en los que, a partir de una base profesional bien definida, los
alumnos tengan la posibilidad de complementar su formación
en otros espacios de la universidad, estableciendo así
puentes naturales de comunicación con otras
disciplinas.

La labor educativa de las universidades es ya objeto de
profundos cambios, al menos en lo que se refiere a la
función tradicional de transmisión del
conocimiento. El estudiante tiene ya acceso desde su casa, a
través de modernas redes de comunicación, a cursos
y conferencias impartidos por los mejores profesores, así
como a documentos y materiales gráficos, animados e
interactivos, de muy alta calidad.

La educación del futuro será, en diversas
maneras de Educación Continua y a Distancia, aunque cada
vez más activa, sin embargo el estudiante recibirá
un menor número de lecciones presénciales
tradicionales. La nueva pedagogía permitirá
orientar a los jóvenes al desarrollo de capacidades y
destrezas creativas, a la selección apropiada de la
información y a la habilidad para formular preguntas
más pertinentes y encontrar respuestas más
apropiadas.

La labor del docente universitario se debe de orientar
hacia la formación de habilidades de razonamiento y
formación de valores, dejando a un lado la
enseñanza rígidamente memorística. La
enseñanza tutorial es cada vez más relevante.
Asimismo, necesitamos cambiar los hábitos de
evaluación del aprendizaje; al docente deberá
valorar más a fondo los aspectos formativos que los
meramente informativos.

Si queremos que la universidad sea una instancia
transformadora de la sociedad y no sólo transmisora de
conocimientos, métodos y procedimientos que pronto
podrán ser rebasados por los avances científicos,
tecnológicos y culturales, la investigación debe de
constituirse en una actividad central del proceso
educativo.

Por último, la transmisión de saberes y
haceres profesionales para formar hombres y mujeres
críticos e innovadores, capaces de transformar el entorno
en el que viven, sólo será posible mediante la
promoción y fortalecimiento de proyectos de docencia,
investigación y Extensión con enfoques
multidisciplinarios, interinstitucionales y con una amplia
incorporación social. Diríamos que se habla de una
universidad con una gran movilidad horizontal en la que puedan
interactuar libremente sus académicos y sus estudiantes,
independientemente del departamento o disciplina de
adscripción.

Las nuevas generaciones universitarias tienen frente a
sí un serio desafío. Por un lado deben ser capaces
de adaptarse, no ya a cambios pequeños y limitados, en una
práctica profesional que evoluciona lentamente, como
ocurría hasta hace apenas un par de décadas, sino a
un proceso de transformación continua y acelerada, en
todos los ámbitos del quehacer humano, del que
ningún individuo ni sociedad alguna pueden
sustraerse.

Las nuevas generaciones universitarias deben ser capaces
de aprender, no sólo durante los años en que
asisten a la escuela, sino a lo largo de toda su vida activa.
Deben trascender las barreras artificiales de sus respectivas
disciplinas para alcanzar enfoques multidisciplinarios y
comprensivos que permitan conocer y manejar integral y
creativamente los difíciles y complejos problemas a los
que se enfrenta la sociedad. Las nuevas generaciones
universitarias deben estar preparadas para competir en un mercado
laboral que al mismo tiempo que aumenta su productividad
disminuye su oferta de empleo, fenómeno que se suscita en
prácticamente todas las economías del mundo. Por
otro lado, las nuevas generaciones deben desarrollar una
conciencia de su condición privilegiada de universitarios
que se traduzca en una actitud de compromiso con los menos
favorecidos, que no han contado con la oportunidad para acceder
al mundo del conocimiento.

En resumen, las nuevas generaciones universitarias deben
comprender que si la sociedad no es capaz de ofrecer un futuro
promisorio para todos, se pueden romper los delicados equilibrios
que se requieren para avanzar hacia un progreso sustentable,
cancelándose inevitablemente las expectativas para todos,
en cuyo caso los que más tienen serán los que
más pierdan. Debemos estar preparados para proponer
soluciones que permitan la inserción del país en un
mundo que avanza a grandes pasos hacia revolución del
conocimiento, y, al mismo tiempo, reducir la pobreza y mejoren la
distribución del ingreso.

La Conferencia Mundial sobre la Educación
Superior ha planteado la necesidad de volver a "pensar", incluso
volver a "crear" la educación superior, para garantizar
que será capaz de responder a las necesidades de la
sociedad en este siglo XXI. El centro de las discusiones apunta
no hacia "lo que es" sino hacia "lo que debiera ser".

Es necesario definir un conjunto de metas, esperanzas y
recomendaciones, así como planes de acción
más claros. La clave de un desarrollo sustentable e
independiente es la educación que llegue a todos los
miembros de la sociedad, a través de nuevas modalidades,
nuevas tecnologías a fin de ofrecer oportunidades de
aprendizaje para todos.

LA EVALUACIÓN: RUMBO A LA
CALIDAD EDUCATIVA[13]

Uno no se ilumina imaginando la luz,
sino haciendo consciente la oscuridad; un procedimiento bastante
trabajoso y por tanto impopular. – C. Jung –

Cortés enuncia que la
educación constituye una preocupación constante y
un ámbito de acción preferente para los
responsables políticos de cualquier país, pues de
la formación que su sistema educativo sea capaz de
proporcionar, depende en buena medida el futuro de sus
ciudadanos; la educación que reciban será
determinante para desarrollarse como personas, para su
orientación profesional y para ejercer con madurez, en un
marco de libertades, una serie de valores como la
participación, la tolerancia o la solidaridad.

Hace ya algún tiempo que en los países
desarrollados los problemas educativos han dejado de ser de tipo
cuantitativo, para convertirse en cuestiones de naturaleza
cualitativa. La discusión, sin embargo, sobreviene cuando
es necesario ponerse de acuerdo para precisar qué es
calidad en educación. Dada la subjetividad y la
controversia que el término suscita, para simplificar
sería más conveniente hablar de mejora, porque
mejorar significa, en definitiva cambiar en positivo y en eso
sí que no suele haber discusiones estériles, sino
más bien unanimidad.

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